Aguas cristalinas color esmeralda y arena fina y blanca caracterizan las playas de Yucatán, entre ellas están Celestún, Sisal y Playa el Cuyo, especiales para pasar una gran experiencia de vacaciones.
Ciudad de México, 4 de abril (SinEmbargo).- Las costas de Yucatán se caracterizan por sus aguas cristalinas color esmeralda, la blanca y fina arena, verdes paisajes, el andar de especies endémicas, actividades ecoturísticas y un sinfín de experiencias para reconectar con la naturaleza, la familia, los amigos, la pareja y con comunidades llenas de tradiciones.
Yucatán cuenta con lugares paradisiacos que implementan estrictas medidas sanitarias para recibir a sus visitantes que cuentan con el aval internacional Safe Travels del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, además, sus paisajes son dignos de una postal.
SISAL: ECOTURISMO, TRANQUILIDAD Y AUTENTICIDAD
Sisal conjuga diversos escenarios maravillosos: por un lado, la experiencia de estar en medio de dos reservas naturales que son santuario de vida salvaje, disfrutar de un mar apacible, el encanto de un pueblo pesquero, las construcciones que recuerdan sus épocas de gloria y los sabores de su cocina.
Pocos saben de los secretos ecoturísticos que guarda este lugar, por ejemplo, el arrecife de coral de un kilómetro de longitud, hogar de un sin número de especies marinas que se aprecian con snorquel o equipo de buceo. Otra experiencia imperdible es el Cenote El Palmar, llegar a él es toda una aventura, pues hay que cambiar de embarcación, de bordear la costa se pasará a atravesar la ciénega, para finalmente conocer esa fantástica belleza natural.
En Sisal se pueden realizar actividades de senderismo en bicicleta, recorridos en kayak, esnórquel en parques hundidos y bosques petrificados, con una gran hospitalidad, historia, paz, tranquilidad y serenidad.
CELESTÚN, ESPECIAL PARA EL AVISTAMIENTO DE AVES
Celestún se ubica a 95 km de la ciudad de Mérida y cuenta con un ecosistema único debido a la combinación del agua dulce proveniente del Río Celestún y el agua salada del Golfo de México.
Es una playa con pocas construcciones cuyo gran atractivo es el avistamiento de aves donde se han identificado más de 400 especies migratorias. Entre las más populares se encuentra el flamenco rosa, en especial entre los meses de marzo y abril cuando es la temporada de flamencos, además de pelicanos, garzas y gaviotas.
El manantial Baldiosera es uno de los lugares obligatorios, para llegar a él hay que atravesar túneles naturales que se forman con las ramas del mangle y es uno de los ojos de agua dulce en los que se puede nadar en sus aguas cristalinas.
Otro lugar a visitar es el “Bosque Petrificado”, un lugar extraordinario decorado con grandes troncos grises, como vestigio de un enorme bosque que desapareció.
PLAYA EL CUYO, TRANQUILIDAD PARA DESCONECTARSE
Playa el Cuyo es uno de los secretos mejor guardados de la Península. La tranquilidad de sus playas vírgenes, hacen que sea uno de los lugares más tranquilos del caribe y uno ideal para quienes buscan desconectarse por completo de la vida urbana.
Su paisaje está compuesto por una combinación de casas de madera y construcciones típicas pintadas de colores vivos y cálidos, el faro de la ciudad que fue construido sobre los restos de antiguas ruinas mayas y, si subes a él, una vista panorámica del pueblo.
En este sitio los deportes acuáticos están a lo orden del día y recientemente el kitesurfing ha tomado fuerza en el lugar debido a las perfectas condiciones climatológicas con las que cuenta, la temporada de vientos abarca desde noviembre a junio, por lo que los mejores meses son de febrero a junio; además de practicar paddleboarding y kayak.